Quintaesencia | |||||||
Bajorelieve en piedra arenisca |
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Este diseño esterillado insinúa una rosa, o estrella, o multilaberinto, o irradiación pentagonal con varios niveles de pétalos, formándose imbricaciones tanto en el pétalo en sí mismo como en sus adyacentes. Este es un diseño
propio, y he buscado imbuir en él un profundo simbolismo. Su simetría
basada en el número 5 representa la forma humana: cabeza, brazos
y piernas. El segundo nivel de pétalos corresponde a los cinco sentidos que están enfocados hacia el ser interno: emoción, inclinaciones naturales, percepción de sí mismo, intelecto e intuición. Cada uno de éstos mantiene una relación directa uno a uno con los anteriores, de mayor abundancia en el ser humano a menor; pues el pensamiento humano está condicionado a su constitución física humana. La percepción interior, y por tanto su interpretación, está íntimamente emparentada y profundamente condicionada por los órganos de percepción externos. En el refranero
popular hay referencias a esta relación que mantienen los sentidos
orientados hacia el exterior y los orientados hacia el interior. Se dice
por ejemplo: ojos que no ven, corazón que no siente (relación
vista-emoción); oyó la voz de su conciencia (oído-percepción
de sí mismo); tiene olfato para las situaciones (olfato-intuición)
en alusión a una persona intuitiva. Por su parte, el afecto, las
demostraciones de amor, y en particular el sexo dependen del contacto
físico (tacto-inclinaciones naturales). Y finalmente la adquisición
de conocimientos: el saber está relacionado con el gusto.
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Escultura prototipo.
Altorrelieve en piedra arenisca, 10cm. de diámetro. |
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Diagrama de
la obra.
©Derechos intelectuales registrados Jorge Lupin, 2004 |
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"Quintaesencia" |
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El tercer y más interno nivel de pétalos representan la conciencia, la personalidad, el hambre interior por un alimento cualitativamente diferente, el Amor y la Gnosis; citados en el orden ideal de desarrollo progresivo interior como metas a alcanzar en la vida humana. Algunos dirán que el amor es el pináculo: en cierto modo lo es; pero no puede haber Verdadero Conocimiento sin conocer el Amor, pues el conocimiento sin amor es un poder destructivo. El centro, sombra invisible que se insinúa irradiante, corresponde al Ser Verdadero, el Alma del Ser Humano. Omnipresente y sutil, como la fragancia de la flor. Es la Singularidad Suprema, que cuando es reconocida, resulta el reflejo del Ser Esencial. Los cinco lazos almendrados que rodean al centro, y que lo conforman por resonancia, representan la irradiación de este centro, y como las semillas de la flor, son la simiente que iluminarán los sentidos citados. El círculo que circunscribe todo representa la integración armoniosa de todos ellos, formando Unidad y Unicidad: La Unicidad Absoluta. Jorge Lupin |
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