Arte, Artesanía y Manualidad

Capítulo 7: Los Cinco Elementos Fundamentales
del Arte



Hasta ahora establecí cinco categorías de arte: arte puro, arte, artesanía, manualidad y ninguna; por medio de cinco condiciones. Ahora añadiré lo que he dado en llamar los cinco elementos fundamentales, los cuales se complementan directamente con las cinco condiciones.

Estos cinco elementos fundamentales son los pilares sobre los que se sustenta una obra de arte. Estos son:

 

Forma
Estética
Armonía
Proporción
Pureza
Eje: Belleza

 

Todos tenemos al menos una idea de qué significan estos términos, aunque algunos parecen coexistir en nuestra mente superponiéndose en cierta medida unos con otros, formando áreas difusas de difícil limitación. Nuevamente, debemos recurrir a los autores clásicos, ya que ellos fueron quienes iniciaron esta diferenciación:

Forma: es aquello que a nosotros se nos muestra como reconocible y que presenta un cierto orden, y que es captado a través de alguno de los cinco sentidos: vista, olfato, gusto, tacto y oído; o a través de procesos internos de cognición, es decir aquello que dotamos de una cierta coherencia, como es el caso de la rima, métrica o cadencia de una poesía, el ritmo de una melodía o la intelección de una fórmula matemática.

La identificación de la forma depende entonces tanto de los sentidos y de su mayor o menor sensibilidad como de la capacidad de percepción de éstos, es decir el proceso interno de identificación que se lleva a cabo en el individuo. Esta capacidad de manejar los datos recibidos por los sentidos, y a lo que denomino percepción, se refiere a la capacidad que tiene el individuo para rectificar, poner en orden, relacionar, razonar, comprender, aplicando sus conocimientos e inteligencia para manejar lo que percibe. Este conocimiento es consciente o inconsciente; cuando miramos algo, por ejemplo, no necesitamos esforzarnos conscientemente para crear una imagen tridimensional con nuestra visión binocular; simplemente lo hacemos.

En líneas generales la percepción sensorial es el instrumento del que disponemos para percibir, captar e interpretar el mundo que nos rodea, que es el mundo sensorio.

La percepción captada por los sentidos debe ser interpretada, decodificada y puesta en orden por el cerebro haciéndola inteligible para así obrar en consecuencia.

La agudeza de tal percepción está determinada tanto por la agudeza natural de los sentidos como por las aptitudes, capacidad de comprensión, experiencia, conocimientos e inteligencia del individuo las cuales optimizan las aptitudes innatas.

Estética: proviene de la palabra griega aisthesis, que significa la sensación y capacidad de reacción ante los estímulos externos. La estética por tanto corresponde al universo de los sentidos, tacto, vista, olfato, gusto y oído, y a las respuestas que por nuestra naturaleza humana damos -mas bien reaccionamos- ante estos estímulos. De aquí que algo nos resulte agradable o no, que sea confortable o incómodo, de buen gusto y todo ese universo de sensaciones, las cuales indudablemente están dictadas no sólo por causas naturales (como que por ejemplo demasiada luz encandile, y no veamos con poca, y cosas así) sino por preconceptos, ideas asumidas, gustos propios, etc.

La estética es una continuación de la percepción de las formas, al estar referida a los efectos que produce en el indivicuo dicha percepción o contemplación. Forma y estética son dos caras de una misma moneda: la de la percepción. Forma es el aspecto externo de percibir por medio de los sentidos; Estética es el efecto que nos produce dicha percepción.

Armonía: viene del griego armonía, que significa ajustamiento, combinación, ensamble, armado perfecto. Es una palabra muy antigua, que se remonta a una era hílica, es decir regida por la madera, pues la carpintería depende en su armado de la armonía: el encastre perfecto entre las partes (la utilización de clavos y tornillos en carpintería es sólo un fenómeno de la era industrial).

Proporción: Es la relación que guardan entre sí los elementos de una obra. Platón lo dijo inmejorablemente:

"Es imposible combinar dos cosas sin una tercera: es preciso que medie entre ellas un vínculo que las una. No hay mejor vínculo que el hace de sí mismo y de las cosas que une un todo único y con identidad. Ahora bien, ésta es la naturaleza de la Proporción"...

Es decir que la proporción es armonía, con una distribución equitativa entre las partes, para producir una unidad, representativa tanto de la unidad como de las partes que la componen. Es de aquí entonces que se deriva el principio de la llamada sección áurea o Divina proporción.

Armonía y proporción son también dos caras de una misma moneda: la arquitectura entre las partes. La primera une firmemente las partes, y la segunda dosifica la candidad de cada parte, produciendo equilibrio.

Pureza: se refiere al estado de los elementos intervinientes en la obra, que están libres o exentos de mezcla o vicio, sea totalmente o en cierto grado. Más extensivamente, la pureza también se corresponde con el creador y también con el contemplador de la obra. Pues sólo puedes ver la pureza si tu ojo es puro. Para ser más claro, no me estoy refiriendo al ojo físico, sino al ojo del corazón.

Para ser más claro, los prejuicios, preconceptos, actitudes y respuestas asumidas, la indoctrinación, los modelos invariables de pensamiento, el condicionamiento cultural, étnico, etc. todos estos son factores que distorsionan la percepción plena de un mensaje, pues tratan de extraerlo de su entorno original injertándolo en un contexto preconcebido y ajeno - probablemente- a su origen. Para poner un ejemplo trivial: alguien que deteste los colores fríos, diría: "esta obra me gusta, no tiene colores fríos" o "no me gusta, no tiene colores cálidos" o cosas como "los argentinos son todos unos fanfarrones" o cualquier tipo de generalización.

El eje de los Cinco Elementos es la Belleza.

Así como el eje de las Cinco Condiciones es el Arquetipo.

Belleza: proviene del latín bellus - luz bella - La cualidad inherente de la luz es su belleza iluminadora, esclarecedora, disipadora de dudas, ambiguedades y temores. La luz es el símbolo de la manifestación Divina. Muchas religiones dicen que Dios Es Bello, que Dios Es la Fuente de toda Luz.

Coincidentemente, en medio oriente (y es probable que sea de donde proviene originariamente nuestro término "luz") la palabra Luz significa "Singularidad Eterna" y B'il Luz vendría a significar "Por medio de la Singularidad Eterna" o "Lo Emanado de la Singularidad Eterna" lo cual es coincidente con lo dicho antes. Nótese que hay una gran similitud entre bellus y billus.

Cabría agregar que, dentro de la misma denominación, 'luz' significa almendra. El signo de la almendra aparece por ejemplo algunas pinturas o íconos de Gautama Buddha, haciendo un signo (mudra) con las palmas de las manos abiertas hacia afuera, a la altura de su pecho dejando un hueco en forma de almendra entre los índices y los pulgares los cuales se tocan entre sí (índice con índice y pulgar con pulgar) y en éste espacio se alberga una llama, que desprende rayos de luz.

La contemplación de la belleza se debe a que algo muy interno en nosotros, de carácter sutil y esencial, puede contemplarla a causa de su afinidad. Por tanto, la Belleza carece de definición por límites externos, pues una definición es limitante; y la belleza sólo puede ser percibida por sí misma. El amor que sentimos por la belleza que vemos en todo lo que nos rodea, no son más que imágenes, reflejos de una Belleza Absoluta de carácter Divino, la cual es Genuina.

Puede comprobarse que otros elementos convencionalmente considerados como indispensables en una obra, y a los cuales se busca para evaluar el nivel artístico de una obra, en este sistema están comprendidos en algunas de las cinco categorías, como puede ser el color, que queda entonces circunscripto a la estética o a la belleza; mas bien queda circunscripto a la función específica que cumpla en la obra, pues también puede caer en las otras tres categorías restantes. Los mismo para otros factores, como pueden ser contraste, movimiento, simetría, volumen, materiales utilizados, técnica, etc.

También habrán notado que no he abordado en absoluto la cuestión de los materiales empleados en una obra como determinantes artísticos. En mi opinión el arte como cualidad no puede estar determinado por convencionalismos tales como: 'está hecho de 500 kg. de oro macizo, es una obra de arte', 'esta pintura (que el común de la gente asume tácitamente como obra de arte) está pintada al óleo sobre bastidor', '¿es una vasija de arcilla hecha por indígenas? entonces se trata de una artesanía', '¿Se trata en realidad de una vasija de arcilla hecha por indígenas, pero de la época precolombina? entonces indudablemente no es artesanía, es una obra de arte'; y cosas por el estilo.

Los materiales van y vienen; lo que gusta hoy no gustará mañana, lo valioso de hoy quizá mañana no valga más que papel de diario. Indudablemente los materiales empleados pueden servir a acrecentar el valor económico de una obra, pero el arte no es economía, aunque algunos nos quieran convencer de lo contrario.

De todas formas, es necesario considerar que los materiales cumplen una función muy importante, y es la de servir de soporte, de ámbito para el desarrollo de las condiciones y los elementos. Hay materiales más nobles o idóneos que otros, según la obra que ejecutemos. Nuevamente estamos evaluando las situaciones desde dos aspectos: lo cuantitativo y lo cualitativo.

Los materiales vistos desde el punto de vista cuantitativo responden a a las variables de valor económico (que abarca es espectro que va de lo valioso o lo pobre), rareza (difícil de conseguir o muy abundante), y cantidad empleada.

Los materiales desde el punto de vista cualitativo obedecen a su calidad como material (noble, vulgar, resistencia, docilidad, calidez, etc.), su pureza (puro, con impurezas) y su origen: natural o artificial.

Según la obra, ciertos materiales serán más idóneos, por tanto no es posible hacer una escala de valores de materiales que sirva para todo, por tanto cada obra conlleva su propia jerarquía de materiales idóneos que cumplan satisfactoriamente con la finalidad encomendada.

Resumiendo: una obra de arte puede estar hecha en cualquier material, sea éste humilde o valioso. No es en absoluto una condición determinante.